Creemos que de esta manera, y con el apoyo mutuo entre nosotras, nuestras condiciones de vida cotidianas serán tenidas en cuenta, así como el reconocimiento de la diversidad, la disposición para compartir experiencias y seguir disfrutando de la vida en sororidad.
Somos conscientes de las dificultades que entraña, porque los miedos y las dudas ante el reto que supone cambiar rutinas a estas edades es algo que muchas mujeres expresan. Pero igualmente, si somos honestas con nosotras mismas, tenemos que reconocer que nuestras vidas no han sido fáciles nunca, precisamente por ser diferentes y haber tenido que luchar para hacernos respetar. Por lo tanto, nuestra experiencia de resistencia es un bagage con el que contar, también a estas alturas de la vida, para revertir en nosotras mismas toda esa sabiduría y voluntad de querer seguir disfrutando, como nosotras sabemos.
Es un proyecto que irá creciendo despacito, pero con firmeza, para garantizar su permanencia.